El nuevo cine mexicano no me gusta, se me hace como demasiado artificial, y el de la época de oro simplemente me parece aburrido (a excepción de un puñado de películas que llegué a ver en su momento en compañía de mi madre y de las que ni siquiera recuerdo sus nombres)
En la actualidad el cine que veo es en su mayoría estadounidense y solo cuando me es recomendado por gente cercana y que conoce mis gustos; una de las recomendaciones recientes fue una película mexicana de 1959 llamada Macario.
La persona que me la recomendó nunca me había fallado anteriormente, así que decidí darle una oportunidad a esa película.
Debido a que no soy bueno ni tengo experiencia reseñando cine me limitaré a trascribir una parte de la sinopsis de la siempre objetiva Wikipedia:
Un humilde campesino y leñador llamado Macario ("Ignacio López Tarso") vive obsesionado por la pobreza que sufre y el temor a la muerte. Debido a la precaria situación al borde de inanición que viven él y su familia comienza a anhelar poder disfrutar de un banquete sin tener que compartirlo con nadie.
En su obstinación decide dejar de comer hasta encontrar un guajolote que él pueda comer solo. Su preocupada mujer le ayuda robando un pavo y Macario sale a la soledad del bosque para comerlo a escondidas de sus chilpayates (niños). En el bosque se encuentra consecutivamente con tres enigmáticas personalidades, quienes uno a uno desean disfrutar de su suculento platillo. Sin embargo, Macario se niega a compartirlo. El primer personaje que se presenta es el Diablo (José Gálvez) en forma de un rico hacendatario; el diablo le ofrece primero sus botas con espuelas de plata, pero macario le dice que no tiene caballo, entonces le ofrece las monedas de oro de su panatalon, pero macario lo rechaza diciendo que le cortarían las manos por ladrón, finalmente le ofrece el bosque, pero macario le dice que el bosque no le pertenece a él sino a Dios.
Tampoco lo comparte con el segundo personaje que se presenta, Dios (José Luis Jiménez) en forma de un humilde anciano; Macario argumenta que Él puede poseer cualquier cosa que desee ya que es dueño de todo y lo que quiere es un gesto.
Finalmente se presenta el más extraño personaje, la Muerte (Enrique Lucero), en forma de un campesino indígena en imitación a Macario, pero vestido de negro, que le dice que hacia miles de años que no comía, y macario acepta convidarle (no con temor sino por comprensión), ya que Macario se da cuenta de que ante su ineludible designio nadie escapa. Como muestra de agradecimiento, la muerte le otorga su amistad y le regala a Macario agua con propiedades curativas, las cuales serán infalibles con determinada condición. Este regalo le traerá la fama y fortuna al indio Macario pero también tendrá un alto costo.
El argumento me encantó, a los 10 minutos de iniciada yo ya me había liberado de varios prejuicios hacia el cine "de los papás", cosa que no me hubiera imaginado. La historia en ningún momento se vuelve tediosa ni aburrida y el final es muy bueno. Altamente recomendable.
Aquí la nueva adquisición, derechito a la colección.
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